
Rinko Kawauchi
Esto también se transforma
Existía una posibilidad.
Me contactaron por LinkedIn hace unas semanas. Armé mi porfolio especialmente por ese motivo.
La idea era avanzar, seguir ese hilo que parecía promesa. Finalmente, hoy respondieron: fue un NO.
Lo curioso —lo que rescato— es que por ese no terminé creando mi portfolio. Y si hoy estoy escribiendo esto es, también, por ese mismo motivo.
Al final, todo movimiento tiene efecto.
Me quedo con eso. Con lo positivo, no con la negativa. Quizás debería llevar esa lógica a más aspectos de mi vida. Aunque, sostener esa mirada, sostenerme en general, es mucho últimamente. Siento que vengo sosteniendo demasiado. Y a veces, una palabra tan simple como NO puede venir y golpear. Duro. Seco.
Lo bueno: ya tuve tantos golpes que ahora lo que hago es reírme.
Ya pasé la etapa de la queja.
Hoy me pregunto: ¿qué lugar ocupa nuestra queja en nuestra historia? ¿Qué alimenta y qué empantana?
Lo que me toca ahora es eso: seguir. Es lo único que sé que puedo hacer.
Moverme.
Hacer algo. Aunque sea lo mínimo, como poner esto que siento en palabras. Para que alguien lo lea. O para que no lo lea nadie. No importa.
Es un movimiento.
Tiene efecto.
La palabra siempre lo tiene.